'El costumbrismo', 'La novela en el siglo XVIII', de Juan Ignacio Ferreras

Del ensayo La novela en el siglo XVIII, de Juan Ignacio Ferreras
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5. Los costumbristas
 
Si consideramos las características generales del XVIII, utilidad, didactismo, adoctrinamiento, crítica, etcétera, no hay duda de que el XVIII es el siglo más preparado para el costumbrismo, y el costumbrismo es, como hemos sostenido en otro lugar (1973), no solamente el final de una corriente novelesca, sino, y las más de las veces, un antinovelismo típico: si en la novela existen protagonista y universo, y es el tema la narración de un devenir, o la historia de los conflictos entre protagonista y universo, el costumbrismo ejerce sobre ambos elementos novelescos una acción inmovilizadora que los desustancia como elementos novelescos: al protagonista novelesco lo transforma en tipo, al universo novelesco lo transforma en cuadro; de esta manera o inmovilizados los dos elementos necesarios para que existiera acción, historia, peripecia, aventura, etcétera, el texto costumbrista puede dar entrada con toda felicidad a nuevas intenciones y motivaciones: crítica, didáctica, estilística incluso.
Naturalmemte, el costumbrismo, más o menos narrativo, que vamos a tratar aquí no tiene nada que ver con ese subtítulo que aparece con cierta frecuencia en muchas novelas realistas del XIX, novela de costumbres; en el XVIII, se daba por sentado que la mayor parte de las publicaciones trataban de costumbres y, lo que era peor, de la reforma de ciertas costumbres.
Este costumbrismo didáctico, reformista, etcétera, nos acerca mucho a cierto periodismo, pero nos suele alejar de la literatura; por eso, en lo que sigue, he procurado señalar solamente los libros costumbristas más comprometidos literaria o artísticamente.
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