2. Política y novela
La historia española de 1800 a 1868 puede dividirse en tres períodos políticos bien caracterizados. Como veremos, estos tres períodos políticos se encuentran íntimamente entremezclados con la historia de la novela:
1) De 1800 a 1833, y salvo algunos años, está en el poder Fernando VII; la Guerra de la Independencia concitará un auténtico resurgimiento nacional, a cargo de la clase media y de las clases populares (y en este sentido titulará el conde de Toreno su obra sobre la Guerra de la Independencia Historia del levantamiento, guerra y revolución de España). Las clases dirigentes, alto clero y alta nobleza, siempre con excepciones, traicionan la causa nacional y besan las manos de Napoleón, pero el triunfo final de las armas españolas, y sobre todo la restauración del absolutismo en 1814, permitirá a estos grupos volver al poder y refrenar el ascenso de la burguesía que había nacido en el Cádiz de las Cortes de 1812. El corto intermedio liberal de 1820-1823 no producirá ningún cambio fundamental, y de nuevo en 1823 y hasta su muerte en 1833, Fernando VII reinará como señor absoluto.
Durante estos años, la novela atraviesa lo que podemos llamar un período de postración, debido sobre todo a la existencia de una celosa Censura Gubernativa. Es época de absolutismo cerrado, en la que, a pesar de todo, como comprobaremos más tarde, existe un verdadero resurgimiento novelesco.
2) El segundo período político, el de las Regencias, se abre en 1833 con la regencia de la reina María Cristina de Borbón, y se cierra en 1840, año en que comienza la regencia del general Espartero, que durará hasta 1843. Durante estos diez años, el absolutismo como sistema es derrotado y comienza la vida política de la burguesía; moderados y progresistas se disputan el poder, a vueltas con una guerra civil en el norte del país y con dos clases o grupos sociales, la aristocracia y la Iglesia, que luchan contra las nuevas fuerzas en presencia.
La novela española parece aprovecharse inmediatamente de la nueva libertad conseguida con la desaparición del régimen absolutista, y surge así la novela histórica con visión o sin visión política. Se cultiva el costumbrismo en sus varias tendencias, sobre todo en la política, y se echan las bases del dualismo novelesco, que se desarrollará en el período siguiente.
3) El tercer período político lo constituye el largo reinado de Isabel II (de 1843 a 1868), durante el que, de una manera o de otra, se afirma la burguesía nacional y se prepara lo que será la revolución burguesa de 1868, o la Gloriosa.
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