Algo que ha cambiado por completo en mí (de 'La alambrada', de José Marzo)

De la novela La alambrada, de José Marzo
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—Hay una cosa... —me dijo—, hay algo que ha cambiado por completo en mí...

Se mantenía cabizbajo, la mirada dirigida hacia su abdomen, mirando dentro de sí mismo. Parecía no poder encontrar las palabras adecuadas; pensaba al mismo tiempo que hablaba, sin lograr ordenar su pensamiento; ya no se trataba de expresar ideas que habían madurado con el tiempo, sino, por el contrario, de arrancarse otras que aún estaban verdes y sabían amargas.

—No me refiero a mi enfermedad, a los estragos de la enfermedad en mi cuerpo. Quiero decir... Desde luego que mi enfermedad ha contribuido a ello. ¿Sabes? por primera vez en mi vida es como si no tuviera... no tengo planes, proyectos. Es eso, que el futuro no existe, mi futuro. Y no hablo de un simple «no hay futuro», es más drástico. No sé si me entiendes...; que todo se acaba y no habrá un mañana; no se trata de un mañana sin objetivos, pero sabiendo que uno sufriría de todos modos otro día y otro; eso debe de ser... otra forma de vida. Lo que quiero decir es que en mi caso ni siquiera existirá ese sufrimiento, ese dolor. Es peor, no habrá nada; esto se acaba, ¿me entiendes? ¡No habrá nada!

Me miró y en sus ojos no había autocompasión, ni miedo; tan sólo expresaban confusión. Yo no le entendía.

—No puedes entenderme —confirmó él—. Sólo podemos entender lo que ya conocemos de algún modo.

—Me hago una idea; pero no, no acabo de entender lo que quieres decirme...

—Es como si... me fuera vaciando... nada... hueco por dentro...

Pensé en la carroñera, picoteando los últimos pedazos de su festín, y ahora rebañando los restos prendidos en las paredes de su cueva. Pero no se lo dije; él no hablaba del avance físico de su enfermedad.

—Es como si, al no tener ya futuro, también se fuera borrando el pasado... Debería recordar más cosas; eso es lo que se dice, ¿no?, que la vida pasa ante los ojos del moribundo, que se recuerda todo con nitidez, con todo detalle...

A veces he pensado en ese lugar común. Algunos cuentan que, cuando estuvieron a punto de morir en un accidente, toda su vida, su memoria, se les agolpó en la imaginación, como una sola imagen, un resumen cargado de detalles y de significado.

 
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