Entrevista con José Marzo, autor de la novela Noticias
del fin del mundo
por Silvia Gibert
"Hasta nuestras relaciones íntimas están afectadas por la
situación actual. Si una mera noticia periodística se incorpora a nuestro
pensamiento y a nuestros sentimientos, a lo más íntimo, ¿cómo sería posible que
la pérdida de un empleo no alterase de algún modo nuestra sexualidad?"
Si una buena novela se caracteriza por resultar entretenida
y dejarnos un poso de reflexión, Noticias del fin del mundo sería sólo una
estupenda novela. A las virtudes de un estilo claro y punzante como pocos en la
narrativa actual, José Marzo ha vuelto a sumar las cualidades de una verdadera
pulsión del pensamiento, cuya deliberación deja por completo en manos del
lector. Por la renovación formal e intelectual que José Marzo está acometiendo
despacio y con calma en la narrativa realista, nos encontramos ante una obra especial.
La densidad y claridad de su estilo recuerdan a grandes de la novela corta como
el francés Maupassant o el ruso Turgueniev, pero las referencias de su
narrativa nos colocan en la sociedad actual y sus problemáticas desde una
perspectiva inédita. Es cierto que Noticias del fin del mundo es una novela
de amor y de sexo, pero una novela de amor y de sexo aquí y ahora, una novela
sobre el miedo. No sólo una novela de amor: una novela total.
(Silvia Gibert)
(Silvia Gibert)
SG. Leí tu novela hace ya un mes; pero después de releer un
fragmento en las redes sociales, la he releído completa. Los dos protagonistas,
Guillermo y Lidia, se encuentran en el apartamento de alquiler. El contraste
entre ese apartamento casi vacío, inconexo en su estilo y humilde, choca de
inmediato con la actitud de Lidia. Sólo en esta situación, casi al principio de
la novela, está ya insinuado el conflicto de la historia y su desenlace.
JM. Recuerdo el fragmento al que aludes. No sabría decirte por
qué en un texto incluyo determinados hechos o excluyo otros. De algún modo, el
todo de la historia está presente en cada parte y los personajes van marcando
el ritmo y asumiendo la narración.
SG. He leído en un viejo artículo, disponible en internet,
que lo primero que escribes de tus novelas son los finales.
JM. Sí, por lo normal sí. Esto me permite tener una referencia
clara de a dónde me dirijo y por qué camino. Lo cierto es que después la
historia sigue su propia evolución y a menudo debo retocar los finales. Los
paisajes cambian dependiendo de por dónde lleguemos a ellos. Pero no sólo
retoco los finales. A medida que avanzo en la historia, releo y trabajo las
páginas anteriores, o anticipo ideas de las páginas siguientes, capítulos
enteros. Entiendo que una novela es como un cuerpo, complejo y contradictorio, una
obra abierta, pero un cuerpo. Hay muchos elementos dispares y todos acaban
dialogando en ese todo.
SG. La referencia a una noticia del Campeonato del Mundo de Brasil, la del resultado de un muy famoso partido de fútbol (el
Brasil-Alemania), y que de hecho está en la base del propio título de la
novela, ¿en qué medida dialoga con el todo?
JM. No lo sé. Es una interferencia. Todos convivimos a diario
con miles de esas interferencias de los medios de comunicación, y unas nos
influyen más que otras, modificando, alterando o acompañando nuestro estado de
ánimo… También al principio de la novela se habla de una cancioncilla que
Guillermo silba, sin saber por qué ni dónde la ha escuchado. Te respondería con
otra pregunta: ¿por qué Guillermo y Lidia conceden importancia a esa noticia y
no a otras? Al final de la novela, seguramente cobra otro sentido, ante la falta
de decisión de Lidia. Esta noticia es, en la vida de los personajes, un
accidente, pero en la medida en que ellos lo incorporan a su pensamiento, lo
están incorporando también a sus
decisiones.
SG. El fin del mundo. ¿Cuánto de ironía hay en el título?
JM. Bastante, desde luego. Aunque la ironía desaparece cuando
Lidia es incapaz de decidir, de tomar el rumbo de su vida, y en cambio escoge
el camino previsible de seguir con una vida insatisfactoria y de engaño.
SG. Tu retrato de Lidia es más rico que el de Guillermo. De
los dos, ella es la que está más atada, más dividida y desesperada, porque su
matrimonio es una mera convención, pero al mismo tiempo su situación económica
le dificulta ejercer la libertad y seguir sus sentimientos.
JM. Estoy de acuerdo. El conflicto de Lidia acaba por hacerse
con la historia. Gana un sueldo ridículo y tiene dos hijos, para ella es más
difícil pensar con claridad en su futuro. Pero aquí hemos entrado en el terreno
de la economía.
SG. Con el paso de los días, he tendido a ver esta novela de
amor como una especie de "alegoría" sobre la crisis actual.
JM. No era mi propósito, aunque cuando escribes una novela en el
momento actual, es inevitable que su estilo, su historia y sus personajes se
entiendan y se interpreten en este contexto. Lo raro sería escribir hoy una
historia realista que esté al margen de las problemáticas del hoy. Hasta
nuestras relaciones íntimas están afectadas por la situación actual. Si una
mera noticia periodística se incorpora a nuestro pensamiento y a nuestros sentimientos,
a lo más íntimo, ¿cómo sería posible que la pérdida de un empleo no alterase de
algún modo nuestra sexualidad?
SG. ¿Intimista o realista?
JM. Pienso que es una falsa disyuntiva. El realismo, bien
entendido, sería total: en el sentido de que se extiende por todos los niveles
de nuestra vida y de nuestra conciencia. A esta falsa disyuntiva entre
intimismo y realismo no sólo ha contribuido una crítica periodística que ha
interpretado las novelas a golpe de consignas, dogmas y prejuicios, sino
también esos “realismos” articulados también según dogmas y consignas
partidistas, que han reducido la realidad, empobreciéndola.
SG. ¿Cuál es el origen de Noticias
del fin del mundo? ¿Es autobiográfica? Ese ¿quién soy? de la última
línea, sin comillas, ¿es una clave de la novela? ¿”Madame Bovary soy yo”, como
decía Flaubert?
JM. Empezaré contestando la última pregunta. Un autor es todos
sus personajes, si realmente se ha implicado en la historia. En cuanto a tu
primera pregunta, el origen de Noticias
fue aquella golondrina asustada, que cae en la trampa de un extractor e intenta
escapar de la cocina. Es una novela que había pensado hace ya más de una década,
en torno a esa situación, a ese miedo del pájaro atrapado. Quería que Guillermo
y Lidia estuviesen en esa cocina, pero luego la escena de la golondrina entró
como un recuerdo de Guillermo, una situación que había vivido años antes y que
seguía marcando su personalidad.
* * *
Silvia Gibert es
filóloga