'Miedo de los disparos' ('Demasiado pequeño para ganar la guerra', de Juan Ignacio Ferreras)

De la novela Demasiado pequeño para ganar la guerra, de Juan Ignacio Ferreras
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Ahora resulta que tengo mucho miedo de los disparos, y se oyen disparos casi todos los días, sobre todo por la noche. Todos están un poco asustados y María Luisa no me lleva ya al Campo Volantín.

A veces también se oyen las sirenas de los barcos y entonces es cuando tengo más miedo.

Mi padre tiene que irse, no sé por qué, pero tiene que irse. Mi madre llora todo el tiempo y María Luisa anda colocando cosas en una maleta.

Acabamos de comer y mi padre me coge en brazos:

—Vas a ser bueno, ¿verdad?

—Ja.

—Y vas a cuidar de mamá.

—Ja.

—Porque ahora que me voy, tú eres el hombre de la casa.

—Ja.

Después me ha besado muy fuerte, casi me ha hecho daño... le he visto salir del comedor, y ya entonces, aunque andaba cerca de los seis años nada más, me di perfecta cuenta de que nunca más le volvería a ver.

Mi madre llora y María Luisa llora. Palmiro no llora, pero tiene los ojos de haber llorado.

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